Scroll Top

A LA AMERICANA.

La conexión del espacio de la cocina y del salón es uno de los temas estrella en el mundo de las reformas. Se trata básicamente de unir dos espacios que parecen dispares pero que tienen mucho en común. Esta fusión puede dar la impresión de ser todo un reto, pero bien planificado y bien ejecutado será una de las reformas de las que más se va  disfrutar y que más resultados “inesperados” y positivos reportará.

¿Cómo empezar? En primer lugar conviene analizar los distintos tipos de fusión que se pueden dar entre salón y cocina, dando por supuesto que ambos se encuentran adyacentes el uno del otro y separados por un único tabique.

La opción A sería la demolición total del tabique para dejar un único espacio diáfano. Es la opción seguramente más cara, por la duración de la obra y por la cantidad de escombros que produce.

La opción B es abrir una ventana en el tabique, dejándolo a media altura y con una barra americana que una las estancias.

La opción C es algo intermedio. Se mantiene la ventana y se echa abajo parte del tabique hasta el pasillo de modo que quede la conexión salón/cocina en forma de L. De esta manera también se cuenta con la posibilidad de habilitar una barra americana.

Cada casa es un mundo y existirán diferentes soluciones que deberán ser estudiadas con detenimiento. Es necesario considerar  la mezcla de materiales que este tipo de reformas conlleva, como el color del mobiliario o la unión de dos tipos de pavimento diferentes (pudiendo llevar el pavimento del salón a la cocina). También es posible experimentar con otras opciones realizando una combinación de las anteriores con el objetivo de unir ambos espacios.

Todas las opciones ofrecen un resultado similar. Para empezar, sobre todo en cocinas sin ventanas al exterior, lograremos hacer llegar la luz del salón hasta la cocina, con lo cual convertimos una de las estancias “lúgubres” de la casa en un espacio bien iluminado y acogedor como cualquier otro. Otro factor a tener en cuenta es el ahorro de espacio que supone tirar un tabique, sobre todo en la construcciones de pisos actuales, que algunos empiezan a ser peligrosamente pequeños. Supone un verdadero alivio para la vista.

El efecto más importante de esta conversión viene a nivel de convivencia. La interacción familiar cambia completamente, y el cocinero/a ya no queda aislado en su mundillo de peroles y tablas de cortar. Se crea un espacio de reunión en torno a la barra americana ideal para cenas con amigos, para tomar un aperitivo mientras se prepara la comida o tomar un café y leer el periódico. También se logra desplazar el centro de gravedad de la casa, alejándolo de la televisión lo cual es un modo de favorecer la convivencia y el contacto entre los miembros de la familia.

A nivel de higiene hay que tener en cuenta la extracción de humos. A pesar de lo que se comenta habitualmente sobre las humaredas que se pueden sufrir, existen muchos modelos de campana que lograrán extraer los humos de la cocina de manera eficiente. No es en absoluto un inconveniente, a no ser que se muestre una predilección exagerada por cocinar determinados alimentos de elevada intensidad olfativa (como sardinas a la plancha), en cuyo caso no hay fórmula de cocina que pueda luchar contra ello.

 

Artículo by reformasblog.com.
Imagen: Espaciohogar
Recomendado por BIGMAT Asurmendi. La tienda donde encontrarás todo lo que necesitas para reformar tu cocina.

Entradas relacionadas