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METALIZADA.

Habitualmente usada en cerámica y en superficies no porosas, esta técnica de recubrimiento consigue superficies lujosas: lavabos dorados, paredes geométricas para toda la casa o cocinas con superficies sofisticadas. Los expertos Aleix Ribera, gerente de Invest Plasma y Pablo Chulia, mánager de producto en ZYX, cuentan cómo se aplica –y todas sus posibilidades decorativas–.

¿Qué materiales se pueden decorar con esta técnica?
La deposición física en fase vapor o PVD, por sus siglas en inglés (Phase Vapour Deposition), es un proceso de recubrimiento termofísico por el que se depositan capas muy finas de metal sobre la superficie de un producto ya acabado. Aunque la cerámica es el sector donde más habitualmente se aplica, metales y plásticos también pueden revestirse: “Lo más importante, señala Aleix Ribera,  es que no sea una superficie porosa”.

¿Qué acabados puedo conseguir? Con esta técnica se pueden lograr acabados oro, plata, cobre, bronce e iridiscente –que refleja las tonalidades del arcoiris. Las gráficas, diseños o microrelieves de las piezas, se mantienen tras el proceso. Pero hay que tener  en cuenta que las características previas de la superficie donde se aplica el proceso, afectarán al acabado final.

¿Cuál es el proceso?

  • Revisar que el material no tenga humedad y que la superficie no presente ningún despuntado, para que durante el proceso no haya ningún problema.
  • Una vez limpio, el material se pone en una estufa. Entonces, se calienta a un temperatura que varía en función del material del objeto a recubrir.
  • Colocamos el material en la cámara de alto vacío. Un impulso de arco eléctrico hace que se desprendan las partículas de metal, para que se adhieran sobre el objeto o superficie a decorar.
  • Sacar las piezas de la máquina y limpiar bien la superficie decorada.

¿Dónde se pueden aplicar este tipo de acabados?
El PVD es un recubrimiento muy resistente, pero no es recomendable para zonas como un pavimento exterior o una encimera. Como indica Aleix Ribera se trata de un material metálico, por lo que su resistencia es la misma. Es decir,  si se usa en una encimera hay que tener en cuenta que al pasar un estropajo la superficie se rayará.

¿Cómo lo puedo aplicar en casa?
Nadie mejor que Pablo Chulia para explicar las posibilidades de las metalizadas. Según este experto basta con añadir algunas piezas para cambiar el carácter de un espacio por completo. Esta técnica, en concreto, embellece mucho el producto y es muy fácil de mezclar con otros colores, sobre todo los neutros. De hecho, existen alternativas muy sencillas y económicas que obtienen resultados excelentes, por ejemplo, Incorporando unas pocas piezas metalizadas, combinadas con otras básicas en blanco y/o negro.

¿Cuál es la tendencia en metalizado?
El cobre es el acabado que más se repite en las últimas ferias. Una textura de tendencia, que se puede ver en objetos de decoración y, en general, en interiorismo.

¿Qué más opciones decorativas ofrece la cerámica metalizada?
Aleix Ribera revela que es posible hacer un segundo proceso decorativo de grabado (y, por tanto, generar innovadoras texturas), una vez que se ha hecho la deposición metálica:

“Con un láser que está entre 1.300 y 1.400 grados, se quema el esmalte y se eliminan partes del recubrimiento metálico, para realizar diferentes diseños. Por ejemplo, si debajo hay un azulejo blanco se verá ese tono, pero siempre matizado”, cuenta el experto.

El láser funciona igual que una impresora, por lo que se pueden conseguir diferentes texturas, degradados y efectos de brillo-mate.

¿Qué mantenimiento necesita?
El usual de las superficies cerámicas: limpiacristales o agua con jabón neutro y una balleta.  “Lo importante es tener cuidado en cuanto al rayado, por ejemplo, no limpiarlo con un estropajo o productos abrasivos”, apunta Ribera.

Y tú…¿te apuntas a la cerámica metalizada?



Escrito por Houzz.es
Imagen: Plazatio.
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