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TECHO DE ESCAYOLA.

El falso techo constituye un recurso muy práctico ya que puede alojar cables del sistema eléctrico, albergar aparatos de aire acondicionado o calderas, o, completado con material aislante, servir de sistema para mejorar el confort térmico del hogar. Una medida que permite evitar fugas de aire y mantener la temperatura ambiente en el interior de la vivienda.

En caso de que la vivienda carezca de falso techo y se desee recurrir a este como medida de mejora energética, la instalación no suele ser complicada. Básicamente consiste en colocar el techo por plaquetas que vienen sujetas mediante anclajes y tirantes a las vigas y bovedillas. Una obra menor que no genera grandes molestias pero ofrece importantes ventajas.

El aislamiento insuflado para techos de escayola es una de las mejores opciones. El procedimiento de inyección de material aislante, como lana de roca, se realiza entre el hueco del falso techo y el auténtico y resulta un proceso sencillo, rápido y limpio.

El material que puede utilizarse para el insuflado es:

  1. Celulosa: el aislamiento térmico ecológico más eficaz del mercado. Obtenido por el proceso de reciclado y triturado de fibras de papel de periódico y sales de boro
  2. Lana de roca : Aislamiento obtenido del proceso de hilado mediante el calentamiento de rocas basálticas volcánicas y minerales hasta alcanzar 1500ºC donde en estado líquido se obtienen “hilos” en su estirado y enfriamiento. Estos hilos se entrelazan obteniendo la lana de roca bruta
  3. Lana mineral: obtenida del mineral sílice, del reciclado de vidrio (sílice transformado) calentando hasta 1600 grados en estado líquido se obtienen hilos-fibras que se entrelazan obteniendo la lana mineral a granel borra
  4. Perlas de poliestireno con grafito (EPS): aislamiento obtenido del proceso de polimerización del estireno, derivado del petróleo (termoplástico)
  5. Corcho granulado: aislamiento obtenido de la corteza de alcornoque, mediante un proceso de triturado y hervido del que se obtiene la lignina de forma natural y que permite que el material se aglomere de forma natural en pequeños gránulos.


Cualquiera de estas opciones son alternativas válidas para lograr rentabilizar el falso techo y alcanzar una temperatura mucho más confortable en el interior de la vivienda. Un recurso que, además, ofrece  un claro ahorro en costes de energía.

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