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PATOLOGÍAS EN CUBIERTAS PLANAS.

Las humedades que aparecen justo debajo de la cubierta del edificio pasan por ser una de las patologías más habituales en las comunidades de propietarios. También es una de las más temidas y, en ocasiones, una de las más difíciles de solucionar con éxito siendo inevitable la ejecución de costosos trabajos que rehabiliten por completo esta parte de la estructura del edificio.

La cubierta del edificio es la encargada de prestar protección contra el agua y el viento y proveer aislamiento térmico y estanqueidad al inmueble, funciones que se ven mermadas principalmente por tres razones:
Proyecto y ejecución de la obra errónea o deficiente: Diseño no idóneo para las condiciones meteorológicas del lugar o utilización de materiales de baja calidad entre otras.
Deficiencias en el mantenimiento: Carencia de un plan de mantenimiento que conserve la cubierta en condiciones óptimas.
Lesiones por la acción de agentes externos: Ciclos térmicos extremos, temporales, erosiones…

Conviene tener en cuenta que, aunque el diseño y ejecución de la cubierta se hayan realizado de manera correcta y los materiales sean de buena calidad, resulta imprescindible aplicar un programa de mantenimiento que, además, permitirá detectar y reparar las patologías en su estado inicial. De otro modo, el  deterioro progresivo será importante una vez se haga visible y requerirá una reparación costosa y de gran calado.

En el caso particular de las cubiertas planas o terrazas se cuenta con una capa impermeabilizante que impide las filtraciones de agua aunque ésta se encuentre inundada. Para ello, esta membrana debe haber sido colocada correctamente en todos los puntos para evitar que el agua penetre en la estructura y provoque humedades y otras patologías asociadas.

Algunos de los errores más comunes suelen ser la discontinuidad de dicha capa en juntas, solapes y otros puntos;  la colocación a posteriori de elementos que acaban perforándola o rompiéndola y la mala ejecución de las pendientes que derivan en zonas de encharcamiento.A ello hay que añadir la degradación y el envejecimiento propios de los  agentes externos y, en el caso de cubiertas transitables, el esfuerzo mecánico por el tránsito de personas o vehículos. Es decir, sin un control y mantenimiento adecuados, serán inevitables las  fisuras y aparición de patologías de diversa índole en la impermeabilización.


Artículo de ingenierosasesores.com
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