En el sector de la arquitectura e interiorismo son múltiples los matices que determinan la personalidad de un espacio y la cerámica tiene mucho que decir al respecto. Y es que tanto sus diversas tonalidades, modalidad de colocación, tamaño y acabado brindarán un carácter u otro a cualquier proyecto.
Y de entre todas las propuestas, la de los azulejos cuadrados está cobrando especial importancia ya que, además, ofrecen una amplia gama de posibilidades estéticas:
- En el techo: Al tratarse de azulejos de pequeño formato, las piezas cerámicas cuadradas disponen de un peso reducido y un manejo mucho más sencillo. De esta manera, el azulejo cuadrado se convierte en una opción ideal para colocarse en la parte superior de las estancias. Además, gracias a la unión entre el revestimiento de las paredes y el techo se logra crear un efecto de continuidad que proporcionará una clara sensación de amplitud incrementada por el empleo de tonalidades claras, y azulejos blancos.
- Revestimiento parcial. Esta rompedora idea puede ser la solución perfecta para proyectos que busquen brillar con luz propia. Se trata de revestir únicamente una parte de la pared aprovechando el juego de azulejos pequeños y cuadrados para crear efectos ópticos y degradados.
- Mosaicos. Se puede combinar el mismo color en toda su gama cromática o crear escalas de colores totalmente diferentes entre sí. Los azulejos cuadrados permiten diseñar cuadrículas con dibujos, líneas, elementos decorativos, etc. O también pueden colocarse de forma uniforme rompiendo con la ordenada cuadrícula.
- Baldosas hidráulicas: Si existe un diseño cerámico concebido para ser cuadrado es el hidráulico a través del cual siempre se consigue proyectar artesanía y calidez.
Una de las tendencias decorativas que acompañan este concepto consiste en conceder protagonismo a las juntas, perfectas aliadas para los azulejos cuadrados a la hora de crear espacios originales y efectos únicos. Por ejemplo, el pequeño formato en tonalidades suaves y combinado con un material de unión de color vibrante y alegre, crea una explosión enérgica y dinámica. Si por otro lado, se elige un color oscuro para unir baldosas muy claras, se aporta elegancia y sensación de amplitud a los espacios. En definitiva todo un mundo de contrastes.
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