El nombre hace referencia a una marca registrada de un fabricante líder nacional, pero se utiliza de manera generalizada para designar el panel de yeso laminado, una solución frecuente en la rehabilitación de edificios.
Se compone de un núcleo formado a base precisamente de yeso, agua y aditivos y forrado por ambas caras con cartón. Su instalación requiere la participación de profesionales específicamente formados en la materia para lograr un montaje perfecto. El material de aislamiento, que suele ser lana de roca, EPS o XPS fijado directamente, viene insuflado a través de una serie de perforaciones en el propio pladur de modo que se acaban llenando todos los huecos sin dejar fisuras o falsas cámaras.
Como resultado el aislamiento que se logra es impecable por lo que resulta un recurso muy utilizado en tabiquería para separar estancias, en trasdosados, falsos techos y forrado de puentes térmicos. Como ventajas técnicas, más allá de la capacidad de reducir las pérdidas de aire no deseadas y la transmisión del ruido, la placa de pladur protege paredes, techos y elementos estructurales de la acción del fuego en caso de incendio gracias a la incorporación de fibras de vidrio en el núcleo. Posee también una gran resistencia a la humedad por lo que resulta de especial interés para baños, aseos y cocinas. En estos casos el pladur incluye ciertos aditivos en su composición que permiten reducir la absorción de agua y actuar como barrera contra el paso del vapor.
En definitiva, se trata de una opción muy ventajosa tanto a nivel estructural, por tratarse de un sistema rápido y seco, como funcional, dadas sus múltiples aplicaciones en términos de aislamiento, protección y mejora de las prestaciones de suelos, paredes y techos.
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Fuente: aislahome.
