No son fijas ni estáticas, permiten el movimiento en su superficie y se alejan del concepto limitante de contenedor para pasar a formar parte activa del edificio. Son las fachadas cinéticas en las que entra en detalle este artículo de Plataforma Arquitectura. Está claro que la construcción es un elemento lleno de vida…
«Durante gran parte de la historia de la arquitectura, se diseñaron interesantes fachadas a través de la materialidad o la ornamentación. Desde los frisos elaboradamente pintados del Partenón hasta los exteriores de vidrio de los rascacielos modernos, la arquitectura ha sido principalmente estática, solo cambiando al entrar en contacto el entorno con sus materiales, a través de la lluvia, la luz, el óxido, y otros fenómenos.
A medida que la tecnología progresa y las fachadas se transforman, literalmente, el papel del medio ambiente no se ha visto reducido. Más bien, la tecnología de punta ha permitido que los diseñadores desarrollen soluciones que responden a los estímulos ambientales de formas más interesantes que nunca. Generalmente, estos diseños toman la forma de fachadas cinéticas: fachadas arquitectónicas que cambian dinámicamente, transformando monolitos estáticos en superficies en constante movimiento.
Las fachadas cinéticas han tomado una multitud de formas a lo largo de los años. Habitualmente median entre la estética y la utilidad, entregando diseños impresionantes que ayudan a proteger el medio ambiente. Uno de los ejemplos más citados son las ‘Torres Al Bahar’ de Aedas Architects en Abu Dhabi. Sus paneles de fachada, en forma de paraguas, se abren y se cierran en respuesta al movimiento del sol, protegiendo a los usuarios del edificio del calor y la luz en exceso, disminuyendo la necesidad de aire acondicionado y haciendo que el edificio sea más sostenible. Los paneles en sí no sólo son estéticamente agradables –presentando un diseño similar a una estrella–, sino que están inspirados en sistemas de sombreado islámicos tradicionales, respetando también el patrimonio cultural.
Sin embargo, la luz y la temperatura no son los únicos factores ambientales a los que las fachadas cinéticas pueden responder. Tanto la Oxford Street Debenhams Store como el Brisbane Domestic Terminal Carpark, contaban con tejas de aluminio que respondían a las distintas corrientes de viento, brindando protección contra la sombra y la lluvia, además de generar un interesante efecto estético.
A veces, los diseños de fachadas cinéticas se inclinan aún más hacia la estética, priorizando la belleza sobre la regulación de la luz, la temperatura, o la lluvia. Por ejemplo, el proyecto Galleria Centercity de UNStudio prioriza la aparición de una serie de animaciones generadas por computadora, incorporando las tecnologías de iluminación sobre las fachadas mecánicas de otros proyectos cinéticos. Si bien la fachada en sí nunca cambia, las suaves olas de luz de colores que iluminan la superficie hacen que todo el edificio parezca estar en movimiento.
Aunque las fachadas cinéticas son obviamente un fenómeno reciente, sus formas físicas y funcionales ya son bastante amplias y variadas. Desde módulos triangulares hasta sombrillas gigantes y desde tejas de aluminio hasta animaciones proyectadas, cada diseño tiene un propósito único y, por lo tanto, una forma única. Así, las fachadas cinéticas se están convirtiendo en una herramienta muy poderosa para abordar los problemas antiguos de la arquitectura (belleza, sostenibilidad, comodidad) de una manera audaz, innovadora, y conducida por la tecnología».
Un artículo de Plataformaarquitectura.
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