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ENERGÍA CASI NULA.

¿Cómo sería recibir pagos energéticos en lugar de facturas? ¿Y vivir en una casa que contribuyera de manera positiva a reducir los impactos medioambientales? Esta es la promesa de la construcción de consumo energético nulo1, en la que una casa dispone de tantos recursos a la hora de usar medidas de eficiencia energética que su consumo de energía se ve anulado, o incluso superado, por la energía renovable generada in-situ o en las inmediaciones. 

Si tenemos en cuenta que los edificios son responsables de aproximadamente una tercera parte del consumo energético del planeta y del 20 % de las emisiones de CO2 (tanto como un 50 % en las ciudades principales), todo lo que podamos hacer para mejorar su eficiencia será positivo. No obstante, para cumplir el objetivo de París de limitar el calentamiento del planeta en 1,5 ºC, tendremos que construir nuevos edificios, y rehabilitar los actuales, con estándares de energía neta cero antes de 2050.  

Fue en 2010, cuando la UE acordó que, antes de 2020, todos los edificios nuevos en los países de la Unión Europea se deberían construir con unos niveles de energía casi nula (nZEB). Aunque sin duda es un objetivo exigente, la meta de un nivel de energía casi nula puede ser una realidad si simplemente se utiliza la tecnología ya existente: medidas «pasivas» (como el aislamiento) combinadas con el uso de energías renovables. Además de contribuir mínimamente a las emisiones de CO2, estos edificios contribuyen de otras maneras igualmente positivas. 

Reducen la dependencia energética, que en última instancia ayuda a que los países y regiones dispongan de un mayor control sobre su propio suministro energético, así como también a crear empleo y estimular el crecimiento económico. Existe también un beneficio financiero significativo. El diseño energéticamente eficiente puede significar un ahorro de un 80 % de los costes de funcionamiento de un edificio, a menudo a un coste adicional mínimo o a veces incluso inexistente a lo largo de la toda la vida útil de la medida tomada.

Gracias al hecho de ser tan eficiente a la hora de retener el calor o bien aislarlo, el aislamiento de lana de roca de ROCKWOOL ayuda a los constructores a crear edificios de energía neta cero. Este aislamiento reduce la necesidad de calefacción o enfriamiento adicionales y, en última instancia y de manera muy significativa, la misma demanda energética y las emisiones.

Pero ¿qué es un edificio de energía «casi nula»?

Aunque existen muchas definiciones diferentes de términos tales como ‘casi’, ‘nula’, ‘cero’ y ‘carbono’, la Directiva europea sobre la eficiencia energética de edificios (EPBD, 2010/31/CE) ofrece una útil descripción del término ‘casi nula’: «Un edificio que presenta un muy alto rendimiento energético… La energía casi nula o la muy baja cantidad de energía necesaria debería quedar cubierta en gran medida por la energía procedente de fuentes renovables producidas in-situ o en las inmediaciones.

Así surgió la primera casa de energía nula de Noruega. Hay que considerar que construir una casa de energía casi nula suele implicar tener que construir dos estructuras para que el aislamiento sea lo suficientemente resistente; eso es, un revestimiento exterior que mantenga el sitio caliente y seco y, a continuación y dentro de este, la casa en sí. En este caso, el uso de un sistema de aislamiento integral Rockwool con placas Flexsystem y Flexi A incluidas permitió a Wencke Nordli y Martin Østensen evitar estas complicaciones.  Nordli y Østensen ahorraron energía ya durante el proceso de construcción y ahora esperan experimentar un ahorro sustancial en relación a su antigua factura energética anual de 35 000 coronas noruegas.

Ahora solo queda extender esta pequeña realidad.


Un artículo de Rockwool, proveedor de BIG MAT ASURMENDI, tu tienda profesional de construcción con el sello GREENMAT,  que garantiza que una gran parte de nuestra oferta son productos elaborados con materiales respetuosos con el medioambiente.

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