Si existe un material capaz de imitar prácticamente a la perfección la forma y textura de otros es la cerámica. Algo que se hace posible gracias a su versatilidad intrínseca y a las nuevas tecnologías. Desde el cemento y el acero hasta el papel pintado o el cuero, nada se le resiste a este recurso natural que despierta el lado más juguetón de la arquitectura, el diseño y el interiorismo.
Lo cierto es que emula con asombrosa veracidad cualquier material. Sus acabados son perfectos y colmados de belleza además de resistentes, económicos y de fácil mantenimiento. En otras palabras, una suma de ventajas técnicas y estéticas nada desdeñables. De hecho son cada vez más firmas las que exploran con detalle el universo creativo de la cerámica con el objeto de crear una gama imbatible de opciones que aporten realismo y atractivo decorativo.
Así hay empresas que recurren a la impresión láser para estampar en la superficie de las baldosas fotografías de alta resolución de otros materiales y que utilizan moldes y punzones especiales para materializar la textura original. La precisión es tal que resulta verdaderamente difícil distinguirlas de los materiales naturales. Y, en fin, las posibilidades se multiplican conforme se profundiza en los métodos y recursos a disposición.
No hay límites. Las imitaciones abordan la estética industrial, con impresionantes imitaciones del cemento, de ladrillos pintados o de adoquines de hormigón de la calle pero también del acero inoxidable, del cobre, del bronce o del oro. El lujo y la sofisticación no se quedan atrás y llegan de la mano de la cerámica que simula con increíble exactitud el mármol, el alabastro o el ónice o materiales pétreos más rústicos como la pizarra.
Con igual fuerza estética se recrean los patrones del estilo hidráulico en versión cerámica o las imperfecciones del barro natural artesano. Por no hablar de sus fieles reproducciones del gresite y del mosaico vítreo con tratamientos de impresión digital en esmaltado, metalizado y tantos otros, o su perfecta imitación del papel pintado o tela e incluso piel de animales que permite decorar estancias húmedas con toda la funcionalidad de una baldosa y todo el potencial estético de los tejidos.
La cerámica rompe así barreras ampliando su terreno de acción que ya no se limita a baños y cocinas sino que se extiende por cualquier lugar de la casa. Y es que no deja de ser un material vivo, versátil y cargado de personalidad capaz de adaptarse a los estilos decorativos más dispares y exigentes.
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